FRAGMENTO DE LA GLOSA DE NAVIDAD

( Fragmento  de la glosa de Navidad ,  14 de diciembre de 2019)  

​

Sobre mi mesa de trabajo unas hojas en blanco, la pluma de las grandes ocasiones  ( la que me regaló mi querida presentadora hace ya unos años cuando yo fui  su presentador del pregón de Semana Santa ) y mi mente en blanco…

¿ Cómo empezar esta carta a la Reyes Magos después de tantos años sin escribirles?

Hola, Reyes Magos… No, demasiada confianza.

Sus Majestades los Reyes Magos …  demasiado formal…

A sus Majestades los Reyes Magos … difícil se pone esta labor y no acabo sino de empezar. Uno ha perdido esa facilidad de escribir una carta , ahora que estamos en la era de la comunicación, de redes sociales, de conocer de todo y a todos, veo difícil escribir una carta para estos reyes. No es difícil, solo hace falta volver a buscar al niño que se fue, al que mantiene la ilusión de una noche de reyes y que busca cada año la cabalgata de reyes como uno más entre tantos. No es difícil

 

(…) 

​

Hoy me he propuesto hacer una carta de reyes, no voy a pedir juguetes ( pero si cae alguna cajita de playmóbil por mi encantado ) sino que voy a pedir ilusión y espíritu navideño. Tengo que reconocer que la Navidad nos llega siempre cada vez antes, no en fechas sino en publicidad , en bombardeo de ofertas, compras , de gastar sin medida para que así aprovechemos más el tiempo, pero  ¿ eso es Navidad ?

No habría Navidad si no fuera porque en una noche fría nació Dios en una humilde cuna, no habría Nochebuena si no fuera porque en Belén una mujer sencilla, La Virgen , trajera al mundo el Mesías que teníamos prometido.  Nada existiría en Navidad si no fuera por ese Niño Divino que parece no ser invitado a su propia fiesta porque brillan  más las luces y el ruido que el llanto del niño que rompe a la vida. 

​

(…) 

​

De nuevo a preparar , como antes, la comida para los camellos llenando una espuerta con paja y pienso para los animales  . Aquella labor la recuerdo con mi entrañable madrina, siempre dispuesta a prepararlo todo con el cariño que una madrina siempre tiene. ¡Qué recuerdos de mi tía María,! Listo todo para la gran noche de reyes, a dormir pronto y esperar que se haga de día porque al despertar seguro que los reyes dejarán regalos y los camellos se habrán hartado de comer para seguir el camino. Nunca he dejado anís para los reyes, lo siento majestades, no lo tengáis en cuenta. 

​

Todo viene por algo, todo sucede por un motivo y esta ilusión renovada tiene siempre un inicio. Deben saber que tengo tres sobrinos, ya mayores. Ya no hay risas de niños por la casa , ni carreras buscando los regalos en Navidad, ahora todo es más tranquilo, más sosegado pero mira por donde tengo ahora la nueva ilusión de las carreras , de los nervios por los regalos por culpa, bonita culpa, de mis ahijadas. 

​

Ángela es mi ahijada junto con Ana, su hermana, mi otra ahijada aunque los papeles no lo certifiquen pero si el cariño. Las dos son las hijas de Esteban y Chari, mis compadres. Ángela con 4 años y Ana con casi dos son ahora la ilusión de la navidad para mí . Me encanta ver la cara de asombro de las dos, sus risas nerviosas, y su sorpresa cuando llegan los regalos de reyes. Esa es la ilusión que pido , Reyes Magos. 

Es fácil ver la alegría en los niños, y si es en  Ángela y Ana mucho más. Viven felices, rodeadas de amor y  nerviosas cuando nos ponemos a hojear tanto catálogo de juguetes para hacer la carta. Cuando llegué yo a su casa hace unos días,  no solo  ya habían escogido los regalos, habían hecho la carta y además ya estaba con el sello, cerrada y certificada como correo urgente para Baltasar. Eso es eficacia y no la del gobierno…

​

Para llegar a la Navidad , hace falta la inocencia de un niño, la sencillez de su carácter y las ganas de disfrutar con lo sencillo. Comer en familia,. Sentarse en torno a una mesa nos hace ser más cercanos, y siempre buscar ese rato de risa, de compartir lo que hay  de la mejor manera y hacer familia. La navidad es una fiesta para vivirla en familia. Siempre es lo más importante. No importa lo que hay en la mesa, importa los que están. Y si faltan porque ya viven una Navidad eterna, tenerlos siempre en el recuerdo. Eso es la Navidad

​

Nada queda ya para esperar ya la cabalgata de reyes el 5 de enero. Nada, apenas ya la espera de ver a los reyes, que hoy tenemos aquí representados, para que traigan las sonrisas de los niños y más mayores por una tarde sin duda  mágica con sus regalos . Y nos los siguen dando. De Navidad a Reyes, de Reyes a Navidad, durante todo el año, el mayor regalo es este: la familia, su cobijo y la felicidad de compartir, de verse, reencontrarse, sentirse y amarse. Los Reyes traen, sobre todo, ilusión. 

​

Esa ilusión presente en las cabalgatas de la infancia, en los ojos incrédulos de los niños, cuando abren cada 6 de enero regalos que ya no son incienso, oro y mirra. Nada tiene que ver con la locura que hace del centro comercial el templo de los fariseos de nuestro tiempo. El fraude de regalo como medida de cariño: cuanto más regalo, mejor soy; cuanto más recibo, más me quieren… Un fenómeno alentado, a qué dudarlo, por el propio sistema, que nos pervierte: solo valemos lo que gastamos.  Pero nos queda la mirada de la infancia…

​

Termina aquí  mi carta, Reyes Magos, si me he extendido en las páginas,  perdonad. Como veis no pido nada más que  la ilusión de la Navidad,  la mirada del niño que se perdió con la edad,  y prometo volver a escribir mi carta cada año, y así el niño que disfrutaba con la Navidad nunca se irá, al contario, volverá a renacer como el sol de cada mañana para hacer sitio en su corazón a estas fiestas. 

​

Gracias , y feliz Navidad a todos. 

​

                              David Ramírez Barrera